Ayer la firma Argyor nos proponía un acertijo, nos pregunto cual era el origen de la palabra Diamante, y como muchos supisteis contestar acertadamente proviene de “Adamas” termino del griego antiguo que significa Invencible. ¿Pero desde cuando se asocian los diamantes al compromiso?
En 1947, De Beers la compañía fundada por Cecil Rhodes casi 60 años antes lanzó su consigna que ya es un verdadero clásico; “Un diamante es para siempre.” Esta campaña, junto con la apertura de nuevas minas hizo a los diamantes más accesibles y populares. Ya durante la década posterior a la gran depresión, cuando la demanda de anillos de diamantes había caído significativamente en EE.UU, la compañía De Beers comenzó una agresiva campaña de marketing utilizando fotografías de estrellas de cine envueltas en glamurosos diamantes. Al cabo de tres años, las ventas de diamantes habían aumentado en un 50 por ciento.
Centrados en la idea de durabilidad implícita de un diamante, ya que esta considerada como la sustancia natural más dura con un punto de fusión cercano a los 4000 grados Celsius, De Beers asoció esta idea con la del matrimonio, ambos perduraran para siempre. Junto a la pureza y el brillo de un diamante, se convirtieron en símbolos de la profundidad del compromiso en prácticamente todos los rincones del mundo.
Los antropólogos creen que esta tradición se originó a partir de una costumbre romana en la que las esposas llevaban anillos unidos a pequeñas llaves, lo que indicaba la propiedad del marido. El tradicional anillo de compromiso que simboliza el ciclo de la vida y la eternidad proviene también de esta cultura, adoptando la forma normal el anillo-llave, de esta forma el individuo tenía la llave en un lugar muy cercano. Era un llavero muy práctico ya que no había bolsillos en las túnicas romanas. Estas piezas datan del siglo II-III D.C.
En 1477, el archiduque Maximiliano de Austria encargó el primer anillo de compromiso de diamantes para su esposa, María de Borgoña. Esto provocó una moda dentro de la aristocracia y nobleza europea que comienza a utilizar los anillos de diamante en los compromisos.
En la época victoriana se popularizaron los diseños de anillos de compromiso que se adornaban con piedras preciosas, esmaltes y diamantes. A menudo, estos anillos se hacían manualmente representando formas florales, y eran conocidos como “anillos de Posy o Poesy o Poesie” nombre que alude a pequeños textos que llevaban en su cara interna. Los anillos de diamantes hechos a mano durante tiempos del rey Eduardo continuaron la tradición de diamantes en vinculación con otras joyas, montados comúnmente en engastes de filigrana.
Y aún hoy, los diamantes son la opción preferida para celebrar uno de los acontecimientos más importantes de la vida, el compromiso. En Joyería Miras te ayudaremos a encontrar el anillo de compromiso que hará “invencible” tu enlace.