El Rubí es una variedad noble del corindón, característico por su color que va del rojo carmesí al rosado intenso. Está compuesto por cristales de óxido de aluminio conteniendo pequeñas concentraciones de cromo y hierro, responsables de su color. Se utiliza para celebrar el 15º y 40º aniversario de una pareja.
Su nombre proviene del latín “ruber” que significa rojo. Esta piedra preciosa ha sido venerada a lo largo de la historia por la humanidad. Encontramos menciones a él en la Biblia, y antiguos códices islámicos y fue consagrada al dios Apolo por los griegos.
Se trata de la segunda sustancia natural más dura, junto con el zafiro, por detrás del diamante. El color más apreciado es el denominado “sangre de pichón” de un rojo intenso con matices azules. Los factores determinantes a la hora de escoger un rubí son el color y la transparencia. Los rubíes más apreciados están entre los 3 y 5 quilates de peso.
Tradicionalmente al rubí se le ha atribuido un amplio abanico de propiedades curativas. Es una excelente piedra para activar las energías, imparte vigor a la vida a la vez que energiza y equilibra. Actúa sobre el “chakra del corazón” y anima a hacer lo que realmente deseas fomentando los sueños positivos.
Psicológicamente saca al exterior para su transmutación el enfado y la energía negativa y, mentalmente te aporta un estado de positivismo y valentía. A nivel emocional carga la pasión y el entusiasmo y a nivel físico ayuda a superar el letargo. El rubí es la piedra natal para aquellos que nacieron en julio, y es la piedra para Capricornio.
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